YESTE – HORNOS

El paisaje que nos regala la Sierra de Segura y las Villas augura el inicio de la etapa de montaña, colores cálidos y otoñales, desniveles importantes. Se puede sentir en el ambiente que lo que se avecina no es menor.

El pantano de Fuensanta queda al borde del camino llegando a Yeste, en él se puede observar el nivel que alcanzó en tiempo atràs, este año, así nos lo encontramos, que cada cual saque sus conclusiones.

 

Reunión matutina

Photocredit: © Fridolin Schuster / www.fridolinschuster.com

Para anticipar la ruta y comentar incidencias, todas las mañanas se convoca al grupo, también para dar la bienvenida a las nuevas personas que se unen o se despiden durante el trayecto. Forma parte del encanto del viaje y debes aprender a apreciar y valorar la presencia de las personas que nos acompañan, se generan grandes vínculos entre compañeros y compañeras por la intensidad de las situaciones que se suceden y el compañerismo que suscita esta forma de viajar, pero siempre se debe ser consciente de que algunas personas deberán volver a casa antes que otras.

 

 

El cielo en Yeste amanece encapotado y las primeras lluvias no se hacen esperar.

Amanece Yeste

Photocredit: © Fridolin Schuster / www.fridolinschuster.com

 

La marcha emprende camino a Hornos sin titubear, ataviados con implementos para la lluvia, preparados para cualquier eventualidad.

 

De igual forma la furgo de apoyo, con Juan a la cabeza, suele estar en el camino, transportando el equipo de grabación normalmente y en estos días, de forma excepcional se ofrece para llevar parte del equipaje a las personas que consideren necesario debido a la dureza de la etapa.

Cruzamos a la Comunidad Autónoma de Andalucía, haremos noche en Hornos de Jaén, un municipio situado en el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas. La ruta transcurre entre un paisaje paradisíaco, que da ánimos a los participantes, puesto que este día, resulta de especial dureza, no solo por las características de la pista, o el desnivel, sobre todo la dureza reside en la lluvia incesante que no dio tregua en toda la jornada.

La llegada a Hornos, bien entrada a la noche, está acompañada por una espesa niebla, que no te permite ver más allá de un metro de distancia.

Compañeras cuentan de la necesidad de guiar a otro de los compañeros que usa gafas ópticas, que por consecuencia de la lluvia estaban empañadas, por tanto no podía ver nada, añadiendo a esta situación la espesa niebla, fue toda una hazaña, subir cuestas, girar curvas, sólo guiado por las voces de las personas que te acompañan, un verdadero ejercicio de confianza entre amigos y amigas.

Stitched Panorama

Photocredit: © Fridolin Schuster / www.fridolinschuster.com

 

Descanso después de una larga y dura jornada, las personas participantes van llegando con cuenta gotas, las caras reflejan  agotamiento y frío, pero nunca falta una sonrisa.