TARIFA – TANGER – ASSILAH – LARACHE
La despedida de la península en Tarifa, ventosa y con lluvia, así llevamos a cabo el último acto antes de la aventura Marroquí.
Después de cruzar el estrecho, con mar embravecido, pisamos tierra firme, nos recibe Justo y la directiva del Colegio “Severo Ochoa” de Tánger, donde nos alojaremos la noche de hoy y de Mañana, además de un funcionario de la Embajada Española en Marruecos.
La policía de Marroquí también está presente en esta bienvenida, y nos escoltan, dando un paseo por la ciudad, cortando calles e indicando la dirección a lo largo de todo el recorrido.
Permanecemos en Tanger durante todo el día, justo y necesario para aclimatarse al nuevo contexto, puesto que rodar por Marruecos es algo nuevo para todo el grupo y no sólo montar en bicicleta es lo que resulta una novedad, acostumbrarse al estilo de vida, la comida, las normas sociales, los horarios, la moneda, todo es distinto y a la vez cotidiano.
La mañana de Tanger despierta desconcertada en el día de descanso, los quehaceres de cada mañana de repente suponen un reto un poco más difícil de lo habitual.
Desde el contacto de la Embajada de España en Marruecos recibimos la invitación a visitar la Asociación Hannan, para la Protección de Niños/as con Discapacidad, una asociación sin ánimo de lucro, de ámbito regional, que como objetivo principal persigue mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad física, intelectual o auditiva, además de sensibilizar a la población sobre la problemática de la discapacidad.
La visita resulta enriquecedora para las personas que asisten, puesto que no hay cupo para esta actividad. En esta Asociación también se entrena el equipo paralímpico de Marruecos, por este motivo las instalaciones están acondicionadas para entrenamiento de deportistas de élite.
Otra parte del grupo realiza una charla – coloquio en el Aula Magna del Colegio que nos acoge estos días, una reunión durante la mañana del lunes, con 120 estudiantes. Sensibilizando, una vez más, contra el Cambio Climático a las generaciones del futuro. El grupo de estudiantes que acuden a la reunión escuchan atenta y participativamente los comentarios de Manuel Sabaté, como representante de AMA, Lola Yllescas, de ecologistas en acción de Andalucía y Ellis Kramer, de Amigos de la Tierra de Holanda. Una animada y estimulante conversación.
La Marcha a Marrakech por Marruecos da comienzo el día martes con la sorpresa de que la policía de Marruecos, no sólo había pasado la noche ante las puertas del Colegio Severo Ochoa, si no que también nos iban a escoltar durante toda la jornada.
En una primera instancia el hecho de que la policía nos acompañe en la ruta se recibe con entusiasmo, no conocemos el contexto ni lo que podría pasar, por ende la policía aporta un grado de seguridad muy agradable.
Partimos camino a Assilah,sabemos que la ruta será inclinada al comienzo, pero muy suave durante la mayor parte del trayecto, puesto que nos acercamos a la costa. Y así sucede, nada más salir por la puerta del instituto comienzan las subidas, durante aproximadamente 6 kilómetros, avanzamos por la ciudad, por la periferia y por último las afueras, ahí es donde reside la ostentosidad marroquí, palacios y chalets acontecen a nuestro al rededor, dejando a trás la ruidosa y caótica ciudad de Tanger.
En el camino llevamos a cabo una acción reivindicativa, en un mirador turístico, algunas personas se acercan curiosas a preguntar, y en esta Marcha nunca se pierde oportunidad de contar qué hacemos, porqué lo hacemos, y cómo lo hacemos. Cualquier momento es bueno para concienciar de la importancia de frenar el cambio climático.
Para nuestra sorpresa, el Ayuntamiento de Assilah nos acoge en un Hostal con camas y ducha (no caliente), pero resulta de igual forma reconfortante por dormir en una cama y poder disfrutar de las vistas a la playa y dormir con el sonido de las olas.
Pasear por estas ciudades recuerda a la España de hace 60 años, lo que proporciona un poco más de encanto añadido al exotismo ya presente, por esto de vivir como lo hicieron tus antepasados.
Entre todas las personas del grupo coincidimos en que la hospitalidad y ganas de reír de las personas con las que convivimos en este país es un encanto y un aliciente importante para nosotros, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones de vida en las que se encuentran.
Conforme vamos pasando tiempo aquí, descubrimos nuevas formas, de hacer, sentir y pensar, quizá a algunas personas les cueste más que a otras adaptarse a las nuevas condiciones que nos encontramos, pero desde luego pasar unas semanas aquí es todo un reto y un aprendizaje para todo el grupo.
La nueva jornada tiene lugar, en la Plaza de Assilah donde realizamos la reunión matutina diaria y para, en grupo, ir a agradecer al Alcalde de esta ciudad, sin suerte por que no se encuentra disponible.
La ruta como es de costumbre estos días resulta asequible puesto que los desniveles no son muy pronunciados y las etapas aunque de la misma duración que las realizadas en España discurren sin excesivo esfuerzo y más disfrute, por las bajadas infinitas que se suceden.
Por el camino, las vistas se mezclan entre los campos de cultivo y el solar abandonado. Podríamos afirmar que las personas que viven en Marruecos no están para nada concienciadas de la necesidad de reciclar o mantener los espacios comunes limpios, sin basura. La cantidad de residuos que se encuentran a lo largo de los recorridos que realizamos diariamente dan buena muestra de ello.
Para la llegada a Larache la Sûrete Nacional (Policía de Marruecos) decide dar una vuelta por el paseo marítimo, para llegar al puerto, donde esperamos observando las faenas de los pescadores hasta que el alojamiento, de nuevo en un Albergue proporcionado por el Ayuntamientoqueda disponible.
Y así seguimos avanzando por Marruecos, totalmente escoltados y protegidos, esta vez por la Gendarmería Real, en estos tres días de Marruecos hemos recibido la colaboración del Gobierno de Marruecos en todos los lugares por los que hemos pasado. Para algunas personas esta actitud es algo conflictiva por que consideran que la motivación subyacente es la de prevenir contactos con la población autóctona, por tratarse este de un país con bastantes libertades restringidas. Para otras personas, sin embargo, resulta una actitud de reconocimiento y protección, a modo de respeto y cortesía que el Gobierno Marroquí nos brinda por ser España país vecino y amigo.
Sea como sea, de lo que podemos estar seguros es de que el acompañamiento de la policía nos está facilitando el paso allá a donde vamos.