Creado en 1988, al alertar sobre este problema la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
La función del IPCC consiste en analizar de forma exhaustiva, objetiva, abierta y transparente, la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender los elementos científicos del riesgo que supone el cambio climático provocado por las actividades humanas, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptación y atenuación del mismo.
El IPCC no realiza investigaciones propias ni controla datos relativos al clima u otros parámetros pertinentes, sino que basa su evaluación principalmente en la literatura científica y técnica revisada por homólogos y publicada previamente.
Una de las principales actividades del IPCC es hacer una evaluación periódica de los conocimientos sobre el cambio climático, a través de informes especiales y documentos técnicos. Los principales informes traducidos al castellano son: